jueves, 14 de diciembre de 2006

PROYECTO DE INVESTIGACION NANOTECNOLOGICO

EL ASCENSOR ESPACIAL

OBJETIVOS .....................
conectar la tierra con el espacio a una gran velocidad que facilite la transportacion de tripulantes , ya sea con fines turisticos espaciales o curiosidad o quizas investigar el mas alla del espacio. Se trataría de una forma más barata y más segura de viajar al espacio, ya que este ascensor podría, eventualmente, transportar exploradores a otros planetas.

CONTENIDO ............

Se trata de un ascensor hipotético que conecta la superficie de un planeta con el espacio. Básicamente es una estación espacial en una órbita geosincrónica con la Tierra, y de la que parte un cable de más de 3.600 km. de largo, que llega hasta el suelo y que puede tener forma de riel. La idea, en palabras más simples, es conectar una estación espacial a la Tierra mediante un cable lo suficientemente largo que permita colocar en órbita naves de transporte.

Para construirlo, la idea es hacerlo a base de casi 40.000 mil kilómetros de nanotubos de carbono, y sería capaz de transportar hasta 20 toneladas al espacio sin emplear motores. Esto, debido a las características de los nanotubos, capaces de soportar hasta 100 veces más peso que el acero. Para elevar el ascensor se emplearía un sistema de propulsión electromagnético.

El cable tendría un grosor de 0,91 m., sería más fino que un pedazo de papel, pero capaz de transportar una carga de hasta alrededor de 13 toneladas. La base del dipositivo estaría sobre una plataforma marina móvil, en el Océano Índico, a 70 grados de longitud este, al sur de la India. Acá los vientos son suaves y el vuelo de aviones comerciales es menor. La plataforma móvil permitiría desplazar el cable para no obstaculizar el paso de satélites en órbita.

La idea del ascensor espacial nació en el año 1966 en la imaginación del ingeniero ruso Yuri Artsoutanov, antes de que fuera desarrollada por el oceanógrafo estadounidense John Isaacs. Sin embargo, se hizo famosa de la mano del escritor de ciencia ficción Arthur C. Clarke, que se inspiró en ella para dos de sus novelas: "Las fuentes del paraíso" (1978) y "2061, odisea III" (1988).

Con el uso de la nanotecnología, uno de los principales problemas a los que se enfrenta la tecnología espacial quedaría solucionado: la ausencia de materiales lo suficientemente resistentes para diseñar el cable. De paso, el ascensor sería la solución para el problema del costo que tiene actualmente la puesta en órbita de cualquier tipo de objeto o nave. Mientras que, con los sistemas de propulsión actuales en órbita, un kilo cuesta 22 mil dólares, el ascensor lo haría por algo meno de 1,5 dólar por kilo.

La idea del ascensor espacial nació en el año 1966 en la imaginación del ingeniero ruso Yuri Artsoutanov, antes de que fuera desarrollada por el oceanógrafo estadounidense John Isaacs. Sin embargo, se hizo famosa de la mano del escritor de ciencia ficción Arthur C. Clarke, que se inspiró en ella para dos de sus novelas: "Las fuentes del paraíso" (1978) y "2061, odisea III" (1988).
Con el uso de la nanotecnología, uno de los principales problemas a los que se enfrenta la tecnología espacial quedaría solucionado: la ausencia de materiales lo suficientemente resistentes para diseñar el cable. De paso, el ascensor sería la solución para el problema del costo que tiene actualmente la puesta en órbita de cualquier tipo de objeto o nave. Mientras que, con los sistemas de propulsión actuales en órbita, un kilo cuesta 22 mil dólares, el ascensor lo haría por algo meno de 1,5 dólar por kilo.


La idea del ascensor espacial nació en el año 1966 en la imaginación del ingeniero ruso Yuri Artsoutanov, antes de que fuera desarrollada por el oceanógrafo estadounidense John Isaacs. Sin embargo, se hizo famosa de la mano del escritor de ciencia ficción Arthur C. Clarke, que se inspiró en ella para dos de sus novelas: "Las fuentes del paraíso" (1978) y "2061, odisea III" (1988).

Con el uso de la nanotecnología, uno de los principales problemas a los que se enfrenta la tecnología espacial quedaría solucionado: la ausencia de materiales lo suficientemente resistentes para diseñar el cable. De paso, el ascensor sería la solución para el problema del costo que tiene actualmente la puesta en órbita de cualquier tipo de objeto o nave. Mientras que, con los sistemas de propulsión actuales en órbita, un kilo cuesta 22 mil dólares, el ascensor lo haría por algo meno de 1,5 dólar por kilo.

NANOTUBOS DE CARBONO

notubos de carbono que portaban esperanzas El concepto de ascensor espacial poblaba ya las novelas de ficción científica desde hace mucho tiempo. Con la aparición en 1991 de los nanotubos –estos ensamblajes cilíndricos de moléculas de carbono mucho más resistentes que el acero- la idea parecía mucho menos disparatada. En una conferencia en Nuevo México, Bradley Edward había propuesto un ambicioso proyecto: la construcción de un “nanotubo gigante” a lo largo del cual se deslizaría una plataforma provista de vehículos oruga. Los cálculos demostraron que este nanotubo debería medir cerca de un metro de ancho, ser tan delgado como una hoja de papel y que debería se capaz de soportar una tensión de 63 Gpa3, es decir, la tensión generada por un “tiro de cuerda” de 200.000 personas repartidas igualmente de ambos lados.

DEFECTOS QUE NOS HACEN PONER LOS PIES EN AL TIERRA

Los ensayos han mostrado que cada nanotubo de carbono podría soportar una tensión de 100 Gpa pero que si le faltase un solo átomo de arbono, sus prestaciones se reducirían un 30%. Si a esto se añade que un ensamblaje de nanotubos es necesariamente más frágil (por ejemplo, las fibras soportan generalmente una tensión máxima de 1Gpa) y que recientes mediciones de nanotubos de gran calidad han revelado que faltaba de media un átomo de carbono cada 4 micrómetros, de modo que el sueño de un ascensor espacial se desvanece cada vez más… Con la ayuda de un modelo elaborado por él mismo y ya validado en diferentes materiales como el diamante, Nicola Pugno (Escuela Politécnica de Turín) ha establecido que los defectos de un “nanotubo gigante” del tipo del ascensor espacial no le permitirían soportar una tensión superior a 30Gpa. En un artículo que aparecerá en el mes de julio en el Journal of Physics: Condensed Matter [Revista de Física: materia condensada], añade que, incluso en el caso en que el ascensor espacial pudiese ser desplegado, los micrometeoritos y la erosión por el oxígeno lo debilitarían. ¿Es Nicola Pugno un aguafiestas? No. Simplemente explica que la tecnología no está lista todavía para la construcción de un ascensor espacial. Y, como repite Ray Baughman, director del Instituto Nanotecnológico de Dallas, nunca hay que decir jamás. Defectos que nos hacen poner los pies en la Tierra Los ensayos han mostrado que cada nanotubo de carbono podría soportar una tensión de 100 Gpa pero que si le faltase un solo átomo de arbono, sus prestaciones se reducirían un 30%. Si a esto se añade que un ensamblaje de nanotubos es necesariamente más frágil (por ejemplo, las fibras soportan generalmente una tensión máxima de 1Gpa) y que recientes mediciones de nanotubos de gran calidad han revelado que faltaba de media un átomo de carbono cada 4 micrómetros, de modo que el sueño de un ascensor espacial se desvanece cada vez más… Con la ayuda de un modelo elaborado por él mismo y ya validado en diferentes materiales como el diamante, Nicola Pugno (Escuela Politécnica de Turín) ha establecido que los defectos de un “nanotubo gigante” del tipo del ascensor espacial no le permitirían soportar una tensión superior a 30Gpa. En un artículo que aparecerá en el mes de julio en el Journal of Physics: Condensed Matter [Revista de Física: materia condensada], añade que, incluso en el caso en que el ascensor espacial pudiese ser desplegado, los micrometeoritos y la erosión por el oxígeno lo debilitarían. ¿Es Nicola Pugno un aguafiestas? No. Simplemente explica que la tecnología no está lista todavía para la construcción de un ascensor espacial. Y, como repite Ray Baughman, director del Instituto Nanotecnológico de Dallas, nunca hay que decir jamás. Defectos que nos hacen poner los pies en la Tierra Los ensayos han mostrado que cada nanotubo de carbono podría soportar una tensión de 100 Gpa pero que si le faltase un solo átomo de arbono, sus prestaciones se reducirían un 30%. Si a esto se añade que un ensamblaje de nanotubos es necesariamente más frágil (por ejemplo, las fibras soportan generalmente una tensión máxima de 1Gpa) y que recientes mediciones de nanotubos de gran calidad han revelado que faltaba de media un átomo de carbono cada 4 micrómetros, de modo que el sueño de un ascensor espacial se desvanece cada vez más… Con la ayuda de un modelo elaborado por él mismo y ya validado en diferentes materiales como el diamante, Nicola Pugno (Escuela Politécnica de Turín) ha establecido que los defectos de un “nanotubo gigante” del tipo del ascensor espacial no le permitirían soportar una tensión superior a 30Gpa. En un artículo que aparecerá en el mes de julio en el Journal of Physics: Condensed Matter [Revista de Física: materia condensada], añade que, incluso en el caso en que el ascensor espacial pudiese ser desplegado, los micrometeoritos y la erosión por el oxígeno lo debilitarían. ¿Es Nicola Pugno un aguafiestas? No. Simplemente explica que la tecnología no está lista todavía para la construcción de un ascensor espacial. Y, como repite Ray Baughman, director del Instituto Nanotecnológico de Dallas, nunca hay que decir jamás. Defectos que nos hacen poner los pies en la Tierra Los ensayos han mostrado que cada nanotubo de carbono podría soportar una tensión de 100 Gpa pero que si le faltase un solo átomo de arbono, sus prestaciones se reducirían un 30%. Si a esto se añade que un ensamblaje de nanotubos es necesariamente más frágil (por ejemplo, las fibras soportan generalmente una tensión máxima de 1Gpa) y que recientes mediciones de nanotubos de gran calidad han revelado que faltaba de media un átomo de carbono cada 4 micrómetros, de modo que el sueño de un ascensor espacial se desvanece cada vez más… Con la ayuda de un modelo elaborado por él mismo y ya validado en diferentes materiales como el diamante, Nicola Pugno (Escuela Politécnica de Turín) ha establecido que los defectos de un “nanotubo gigante” del tipo del ascensor espacial no le permitirían soportar una tensión superior a 30Gpa. En un artículo que aparecerá en el mes de julio en el Journal of Physics: Condensed Matter [Revista de Física: materia condensada], añade que, incluso en el caso en que el ascensor espacial pudiese ser desplegado, los micrometeoritos y la erosión por el oxígeno lo debilitarían. ¿Es Nicola Pugno un aguafiestas? No. Simplemente explica que la tecnología no está lista todavía para la construcción de un ascensor espacial. Y, como repite Ray Baughman, director del Instituto Nanotecnológico de Dallas, nunca hay que decir jamás.


MI comentario........

bueno el proyecto es muy grande interesante , novedoso y para hacerlo realidad necesita de mucha investigacion por parte de los cientificos y d elos que trabajan en ese proyecto ,yo creo que con el desarrollo d ela nanotecnologia les sera mas facil hacer ese sueño realidad ya que existen algunos obstaculos como siempre los hay .

tambien tengo una propuesta de unir a los mejores cientificos, tecnicos, ingenieros d elos cinco continentes y hacerlo esto un proyecto mundial para beneficio d ela humanidad haci avanzaran mas rapido trabajando conjuntamente , ya que yo no creo que la tecnologia todavia no esta preparada para esto , solo es cosa de investigar mas y en el momento menos pensado el proyecto se hara realidad ....................

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